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8 ene 2021
Dos estudios científicos han hallado una vía para conseguir revertir los efectos de la toxina más peligrosa para el ser humano, que puede ser mortal con ingerir solo un nanogramo
La toxina botulínica es uno de los venenos más poderosos que el ser humano conoce. Es tan letal que solo hace falta un nanogramo de esta sustancia para acabar con la vida de una persona: sus nocivos efectos neurotóxicos en el sistema nervioso provocan la parálisis y, como última consecuencia, que no podamos respirar por nosotros mismos, dando lugar al fallecimiento. Ahora, la casualidad ha querido que dos equipos independientes que trabajaban en dos vías diferentes para atacar a esta toxina hayan conseguido resultados positivos que podrían conllevar un antídoto contra este veneno. Como norma general, la toxina botulínica es muy rara que sea consumida por el ser humano de manera accidental y en buena parte de los casos en los que se ha encontrado en un cuerpo ha sido ingerida en algunas conservas, especialmente las caseras. La toxina es generada por la bacteria 'Clostridium botulinum'. De hecho, la bacteria en sí no es tóxica, pero, cuando se queda sin oxígeno, produce este subproducto, que sí es tóxico y realmente peligroso para los seres humanos.
De esta manera, numerosos equipos científicos han tratado de buscar, a lo largo de los años, un remedio que consiga que esta toxina deje de ser potencialmente mortal para el ser humano y la casualidad ha querido que dos equipos hayan llegado a dos soluciones por vías diferentes casi al mismo tiempo. Así, un equipo dirigido por Konstantin Ichtchenko, bioquímico de la Universidad de Nueva York, y otro por Min Dong, neurólogo y microbiólogo del Boston Children’s Hospital, han hallado dos soluciones por vías diferentes para conseguir frenar el veneno de esta toxina, al menos en animales. El equipo de Ichtchenko llevó a cabo una serie de intervenciones basadas en ingenería genética con lo que consiguieron hacer ajustes en la proteína de la toxina botulínica, generando una mucho menos tóxica. Con ello, según explica el propio Ichtchenko, lo que han logrado es una especie de caballo de Troya que sirve para ayudar a los anticuerpos —derivados de las alpacas, inmunes a esta enfermedad— a que ingresen en las células nerviosas, que es precisamente el lugar donde la toxina invade y evita ser detectada por el sistema inmunológico. En el caso del equipo de Dong, el desarrollo estuvo basado en un medicamento generado en base a la toxina botulínica original y en base a otra toxina modificada genéticamente que no invade ni daña las células nerviosas humanas. Se trata de un remedio que no es tóxico y que revierte la infección en cuestión de horas. En ambos casos, los productos fueron probados con éxito en animales, lo que abre una importante vía para conseguir remedios eficientes en el ser humano.
Según informaron en 'Science Magazine', el equipo de Ichtchenko, gracias a su caballo de Troya, fue capaz de detener la actividad de la toxina botulínica en ratones, conejillos de Indias y en monos, si bien es cierto que indicaron que en dosis muy altas de veneno aún no he conseguido el éxito completo. En otro comunicado en la misma revista, Dong confirmó que inyectaron su remedio en ratones nueve horas después de haber sido inoculados con una dosis letal y, solo seis horas después del consumo del medicamento, volvieron al moverse con absoluta normalidad. De momento, ambos equipos científicos han sido capaces de demostrar que las dos vías que han investigado para tratar de frenar el veneno más poderoso conocido por el ser humano son exitosas en animales, por lo que el siguiente paso es conseguir la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) para comenzar los análisis en seres humanos y tratar de demostrar que también son exitosos entre nosotros. Así, estaríamos ante los primeros remedios exitosos para detener los efectos de la toxina botulínica, el veneno más poderoso conocido por el ser humano.
Fuente: https://www.elconfidencial.com
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